Hace unos días, o quizás semanas, mi amigo @padresfrikis escribió una entrada con cosas de hace mil años… de cuando éramos jóvenes. Si es que alguna vez lo fuimos. Tengo 35, casi, y me siento un maldito abuelo cebolleta. Supongo que cuando sea abuelo de verdad me sentiré más desfasado con nuestros abuelos hoy en día…
Total que tras leer aquel maravilloso post vino a mi cabeza como un rayo aquellos comienzos con ordenador donde un vecino era el que te metía en el mundo del mal. Yo comencé con un IBM 8086, un portento de la naturaleza, si no fuese porque me llegó 20 años después de su máximo apogeo… es lo que tiene ser pobre.
Pero ese vecino que te ayuda, Toño creo recordar, te dice no te preocupes que sacaremos petróleo de aquí. Te instala un MSDOS 6.22 de última generación en 4-5 disquetes de 3-1/2 (no recuerdo la cifra exacta). Te instala el WORKS para poder tener un editor de textos y claro… cuando mamá sale de la habitación saca Indiana Jones y la Última cruzada. Claro, ahora sí, ya estamos yendo a las cosas importantes de verdad.
Pasan los años, aprendo MS-DOS como si me fuese la vida en ello y llega el salto a mi primer ordenador moderno. ¡Un Pentium! Ojocuidao! Pasamos de la escala de grises a unos colores maravillosos que ofrecía mi gráfica S3 Savage. Un espectáculo. Lo recuerdo como si fuese ayer. Mi padre soltando 120.000 cucas que le dolieron en el alma.
Viene el técnico que lo monta y antes de irse me deja unos CDs ahí, un poco separados… la portada es una fotocopia mala en blanco y negro. Le avisas que se ha dejado esos enormes CDs de 650MB y te guiña un ojo mientras dice: esos son para ti.
Llamas a Toño, creo, y le cuentas que tienes una nueva y potente máquina en casa. Le llamas al timbre, claro, yendo a la calle para hacerlo. Te contesta que tranquilo que viene con “mercancía“. Al llegar, tras ejecutar yo que sé qué para comprobar el “peazo máquina” que tenía y contarme todo acerca de sus componentes, cosa que me daba completamente igual, me dice vamos a lo importante. Le señalo los CDs que me ha dejado el técnico y me dice: joder! si son el CD-Mix 9 y 10.
Vale tío, me llevas una hora hablando en chino y ahora que por fin pensaba que tenía juegos me dices esto. Estás destrozando la vida de un chaval de 13-14 años, ¿vale?.
Pues no, no destrozaba mi vida… bueno o quizás sí, pero me estaba dando de la droga más dura que yo necesitaba. Recopilatorios piratas de videojuegos. Con el tiempo, aprendí que aquello era un maldito tesoro. Cada cierto tiempo o si nos cruzábamos por la calle le pregunta si había conseguido algún otro CD-Mix. Cuando respondía que sí era mejor que mi cumpleaños. Horas de juegos y diversión sin medida.
¿Conocisteis los CD-Mix? Maldita joya…
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